Epistemología para la praxis gerencial en el siglo XXI

El mundo de hoy se perfila con características muy diferentes al de otras épocas, que nos obliga a buscar respuestas diferentes, entre ellas podemos destacar que las empresas exitosas habrán de ser verdaderamente globales, donde el ritmo en la creación de conocimientos y la velocidad de aprendizaje serán claves fundamentales para distinguir el éxito del fracaso. En este orden de ideas, la actividad intelectual, productora de conocimientos y por ende el uso creciente de la información y el conocimiento para innovar se convierten en el elemento de supervivencia de las organizaciones. Es por ello, que Drucker (1999, p.17) manifiesta que “el desafío económico de la sociedad poscapitalista será la productividad del trabajo del saber y del trabajador del saber”. De esta manera, se puede considerar al conocimiento como uno de los factores de la producción, con la tendencia a que las organizaciones rediseñen sus operaciones hacia el servicio y comercialización del ámbito cultural y del conocimiento, que produce un cambio inevitable en el aspecto físico de las organizaciones en esta nueva economía.

Lo anterior involucra cambios en el pensamiento del gerente para hacer negocios. De hecho, se ha observado una revolución en las prácticas gerenciales pasando por el uso de teorías de Benchmarking o búsqueda de las mejores prácticas, Ecisiones, Segregaciones, Spinoffs o nacimiento de empresas a partir de otra, Joint Ventures o Alianzas Estratégicas, Outsourcing o externalización de determinadas áreas funcionales, Calidad Total, Coaching o entrenamiento asistido, Reingeniería de Procesos, entre otras, con la finalidad de que estas empresas intenten mantenerse en rendimientos crecientes, y de esta forma ser más productivas, eficientes y rentables. De acuerdo a la finalidad descrita se han comenzado investigaciones que consolidan la gestación prospectiva de una nueva forma de abordar la planificación gerencial cuestionando la planeación estratégica para construir un plan gerencial transformacional (PGT), acuñado por Acevedo (septiembre, 2008), quien considera que las transformaciones nacen de la energía que tiene el hombre para trascender, permitiendo lograr la armonía de la existencia como fin último de este plan. Por lo tanto, además de las dimensiones tradicionales de la planificación estratégica deberían tender a incluir los elementos humanizantes. Por ello, Ibáñez y Castillo (2009) exponen que el PGT resulta de la combinación de nuevas y antiguas teorías, incluyendo la psicología, la física clásica y la cuántica, así como de la mezcla de procesos y métodos, que aunque se lee ingenuo representa una gran complejidad en su interacción. De allí la importancia de la flexibilidad que debe tener el nuevo paradigma.


Fuente: produccioncientificaluz.org/index.php/rafg/article/download/6637/6626

Comentarios

  1. Concordando con lo expuesto por el compañero Juan Miguel Flores acoto que, efectivamente, el siglo XXI luce como un importante periodo de la humanidad que será reseñado históricamente por el surgimiento de nuevas sensibilidades y renovadas cosmovisiones, producto de la necesidad del ser humano de reorganizar y darle un nuevo orden a todas las estructuras ya existentes, tanto individuales como colectivas; reorganización promovida a partir de avasallantes adelantos tecnológicos y por una realidad del ecosistema social que exige y demanda la reconciliación entre el hombre y su hábitat.
    En este sentido, este periodo histórico, definido como la era o sociedad del conocimiento (Drucker) y caracterizado por una hibridación humanista-tecnológica, conlleva en el campo organizacional a procesos de cambios y transformaciones constantes que exigen lo que Pont (2014) denomina una “autopoiesis reflexiva”, la cual promueve que el ser humano no queda limitado a aparecer sólo en el entorno del sistema, como proponía Luhmann (1997) en su teoría de sistemas autorreferenciales, sino que siguiendo la tesis de “autopoiesis” del autor, Pont la amplía “con la percepción ontológica del sistema, o sea, referida al reconocimiento de la existencia del sujeto y su capacidad de pensamiento” (p.13).
    Esta situación de cambios y transformaciones súbitas, que definen a la contemporaneidad postmoderna y que afectan a las organizaciones inmersas en ella, han impactado en las corrientes y teorías gerenciales incidiendo en su evolución debido, en gran medida, al desarrollo y avance de las tecnologías de información y comunicación (TICs) y a la necesidad de las organizaciones de volver su mirada hacia el trabajador como ser humano, llevándolas, asimismo, a estimar al conocimiento que estos poseen y potencialmente pueden llegar a alcanzar, debido a que éste dará garantía de niveles superiores de productividad, rentabilidad y perdurabilidad futura de las organizaciones.

    Loredana Carrillo

    Referencias

    Pont, J. (2014). Autorreferencialidad, tecnología y “autopoiesis reflexiva”: Hacia una nueva comprensión sistémica. Disponible: https://upcommons.upc.edu/bitstream/handle/2099/14390/4.Josep%20Pont-1.pdf. [Consulta: 2017, abril 18].

    Luhmann, N. (1997). Organización y decisión: Autopoiesis, acción y entendimiento comunicativo. Disponible: https://pugnantialoqui.files.wordpress.com/2010/04/luhmann-niklas-organizacion-y-decision-autopoiesis-accion-y-entendimiento-comunicativo.pdf. [Consulta: 2017, abril 18].


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  2. En la actualidad, las organizaciones están comenzando a valorar el conocimiento de forma explícita. Al trabajar con el conocimiento en las organizaciones, como un nuevo escenario o estrategia, requiere que éstas intenten gestionarlo y darle la misma importancia y nivel que los activos tangibles. Estos cambios gerenciales, obedecen a los cambios suscitados en la economía mundial, a que el conocimiento se constituye como una ventaja competitiva sustentable.

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